Las nuevas tecnologías forman ya parte de la infancia de nuestros hijos e hijas, y es que no son solo herramientas para el ocio, sino que ya forman parte del material escolar. Ordenadores, smartphones, tablets… cada uno de estos dispositivos ofrece infinitas oportunidades de entretenimiento, ¿cuándo hay que limitarlos?

No es necesario haber detectado una posible adicción para limitar el uso de las nuevas tecnologías en niños/as y jóvenes, pero, como padres, debemos tener sus riesgos muy en cuenta, puesto que el sobreuso de las mismas acarrea consecuencias nocivas para el bienestar de nuestros pequeños y pequeñas.

1.      No prohíbas, limita: Establecer límites para el uso de dispositivos electrónicos de manera diaria ayudará a que tu hijo/a siga su rutina sin que esta sea interrumpida por estímulos que puedan crear una dependencia en el futuro. Fomenta las actividades al aire libre y las interacciones sociales con otros niños y jóvenes.

2.      Infórmales: Son muchos los riesgos que existen en las plataformas de entretenimiento en línea. Sin caer en el alarmismo, hazles saber sobre los riesgos que existen y explícales cómo pueden evitarlos. Puedes hacer uso de las herramientas de filtrado y control parental.

Ten en cuenta que a medida que se hacen mayores, es inevitable que se expongan a ciertos riesgos, no obstante, una buena educación les dota de las herramientas necesarias para saber a lo que se enfrentan.

3.   Evita estímulos nocivos: Llega una edad en la que el teléfono móvil se va convirtiendo en una necesidad, sobre todo en la adolescencia. Los expertos avalan que tanto antes de acostarse como después de levantarse, el uso del teléfono crea estímulos innecesariamente estresantes para nuestro cuerpo. Evita que tengan acceso al mismo durante estos periodos para garantizar un desarrollo saludable.

4.      Modela para ellos/as: De nada sirve establecer de limitaciones si, como padres, pasamos mucho tiempo frente a la pantalla y nos excusamos en que “nosotros ya somos mayores”. Recuerda que eres el modelo a seguir de los pequeños/as de la casa y que sus hábitos comienzan contigo.

Cada niño/a y joven es único, no existe una formula común en cuanto a establecer limitaciones. Estas, además, varían según sus necesidades, circunstancias personales y edad. Una comunicación abierta ayudará a encontrar un equilibrio entre el ocio en línea y las demás actividades de su día a día.