Derecho de privacidad e intimidad para las personas con discapacidad intelectual.
Derecho a la privacidad e intimidad Muchas personas con discapacidad intelectual no tenemos espacios ni momentos de intimidad porque siempre estamos acompañados, como por ejemplo en casa, en los centros o en las residencia. Cuando tenemos pareja, es muy difícil estar a solas. Sentimos que nos controlan demasiado. No podemos disfrutar al completo de nuestra sexualidad.
Para poder disfrutar de nuestra sexualidad, necesitamos intimidad, estar solos y que no nos controlen todo el tiempo. A veces hablan de nosotros como si no estuviéramos delante.Cuando hacen eso, nos sentimos humillados y frustrados. También nos sentimos como si fuéramos un objeto, y no como una persona. A veces necesitamos apoyos, pero muchas veces nos protegen más de lo que necesitamos. Cuando nos apoyan más de lo que necesitamos, perdemos intimidad.