Cumpliendo metas

Tener una vida independiente no es fácil. Aunque aporta muchas experiencias positivas,

muchas veces da inseguridad y dudas.

Ana, Estitxu y Paloma comenzaron su vida independiente en un piso nuevo hace 2 años y están muy contentas.

Entre otras cosas, aprenden cómo cocinar, mantener y cuidar su casa.

Pero también están aprendiendo cómo tener una buena convivencia.

Estitxu cuenta que la convivencia es dura pero es bonita, porque puede relacionarse con otras personas.

Paloma está aprendiendo a controlar su carácter para comunicarse mejor con sus compañeras.

 

Sonia, Marta, Natalia y Laura comenzaron a vivir juntas hace 7 meses.

Al principio se sintieron un poco inseguras pero poco a poco han ido ganando confianza.

Natalia cuenta cómo ha aprendido cosas nuevas y ha ganado autonomía.

Sonia cuenta cómo ha hecho amigas entre las compañeras del piso.

A marta le gusta mucho salir a caminar con sus compañeras por Madrid Río e ir a ver a los patos.

Aunque empezar a vivir de manera independiente a veces de miedo,

lo más importante es tener la oportunidad de probarlo para comprobar  que una vida autónoma es posible.

Dar el paso de mudarse y dejar el piso familiar es una decisión cargada de ilusión y motivación, pero también de incertidumbre e inseguridad.

Hace dos años Ana, Estitxu y Paloma decidieron emprender esta nueva aventura juntas. Ana, quien cuenta con experiencia dentro del Servicio de Vida Independiente, expresa lo contenta que se siente en el nuevo piso. Para el resto de compañeras está siendo una experiencia cargada de nuevos retos y de oportunidades para aprender. Paloma afirma orgullosa los avances que ha hecho desde que empezó a vivir de manera independiente. “Antes cocinaba sota, caballo y rey”. Estitxu también hace balance de lo aprendido en este tiempo: “he aprendido a hacer lo que no hacía, como poner la lavadora”.

Además de las habilidades básicas del día a día, también se trabajan otros aspectos que implican la relación entre compañeras. Estitxu indica “la convivencia es dura, pero es bonita en el sentido de que te relacionas con otras personas”. Aunque en ocasiones resulta difícil, es una buena oportunidad para trabajar la tolerancia y el respeto “He aprendido a controlar mi carácter” expresa Paloma.

Estitxu, Paloma y Ana en el salón de su casa, donde comparten el mayor tiempo juntas.

 

En el caso de Laura, Natalia, Marta y Sonia, cumplen 6 meses desde el inicio de este nuevo capítulo. A pesar de que los comienzos suelen ser duros y que cada una tiene sus propios objetivos, actualmente se sienten felices en su nuevo hogar. A la pregunta de ¿qué es lo que habéis aprendido en esta primera etapa de independencia? Responde Natalia: “hemos aprendido cosas nuevas y a mejorar nuestra autonomía”. Otro aspecto que valora Sonia es la convivencia con sus compañeras: “nos hemos hecho amigas”. Para Marta, también es importante el entorno, por lo que destaca: “me gusta salir a Madrid Río a ver patos con las compañeras”

Como han comprobado, la independencia no solo es una decisión, también es un proceso donde las experiencias del día a día son imprescindibles para ir cumpliendo metas; pero lo más importante es tener la oportunidad de seguir aprendiendo para llegar hasta ellas.

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