Un hogar, un proyecto de vida

Los cambios, por pequeños que sean, marcan una gran diferencia en la vida de las personas con discapacidad intelectual, sobre todo si se trata de un ambiente tan íntimo y cotidiano a partes iguales: el hogar. Todos buscamos que, en nuestras casas, el confort no falte. Las personas con discapacidad de la vivienda de Río Esmeralda han sido testigo de varias mejoras que no solo han incidido en la salubridad, sino que han dan sentido a la palabra hogar y han mejorado la calidad de vida de los residentes. Todo esto gracias al proyecto ‘Hogares Dignos Para Todos‘, financiado por los Fondos Next Generation EU. 

La accesibilidad también se traduce en comodidad, por ello, se ha sustituido la bañera por un plato de ducha. Esta adaptación ha sido de vital importancia para mejorar la accesibilidad de la vivienda y también confirma la visión del piso como hogar de las personas que residen, puesto que es una adaptación pensada no sólo para el presente, sino también para el futuro. 

Las puertas son un elemento tan común que muchas veces pasan desapercibidas. Su uso y el desgaste acumulado de los años impedía el fácil manejo al no poder abrirlas y cerrarlas correctamente. La mayor preocupación entre los residentes era la puerta principal, que, al no cerrar correctamente, generaba una sensación de inseguridad que les impedía salir a la calle con total tranquilidad para disfrutar de las actividades cotidianas. También se han reparado las puertas correderas de los dos armarios de estas características, ya que presentaban complicaciones para su apertura y cierre, algo que alteraba la vida diaria de las usuarias por ser un elemento de uso muy frecuente.