¡Un año más!

En la residencia ya hemos hecho 15 años. El primer residente que entró fue Kiko y estábamos muy impacientes por empezar a trabajar con este grupo de personas maravillosas.

Este año la celebración ha sido grandiosa. Nos vestimos bien elegantes, todos con camisa blanca y pajarita negra. También nos pusimos pantalones adecuados para bailar cómodos.

Somos ya 15 años más mayores, pero seguimos siendo muy fiesteros. Alguno hemos perdido algo de movilidad, pero nos recuperamos en cuanto oímos la música.

 

Cuando llegamos a la pista de baile nos encontramos a DJ Juanjo en su mesa de mezclas con la música a tope. Agradecer a Antonia el trabajo que hizo por contactar con él. Y menudo fiestero, nos puso música de discoteca para ir entrando en calor.

Después de bailar como locos, algunos profesionales se animaron a cantar a pleno pulmón.

Después de bailar y cantar llegó el momento de la comida. Elegimos nosotros mismos el menú de ese día. Pudimos comer ensaladilla rusa y calamares a la romana. Incluso comimos patatas bravas, que picaban un poco. María la cocinera trabajó mucho aquel día.

Después de esa comida tan rica, hubo una tarta de cumpleaños. Algunos se quedaron en la pista un rato más por la tarde.

Fue un cumpleaños inolvidable.

El lunes 21 hizo 15 años que se abrió la Residencia AFANIAS Torrelaguna. Parece que fue ayer cuando nuestro primer residente, Kiko, entró por la puerta. Estábamos muy impacientes, y no porque entrase lento (que también), sino porque teníamos muchas ganas de trabajar con este grupo de personas maravillosas.

Este año la celebración se nos ha ido un poco de las manos. Empezamos el día bien elegantes. Nos pusimos camisa blanca y pajarita negra, y pantalones adecuados para bailar cómodamente.

Hay que ver como pasa el tiempo, somos ya 15 años más mayores. Aunque ojo, somos más mayores pero igual de fiesteros. Y aunque alguno hemos perdido algo de movilidad, nos recuperamos cuando vemos unos altavoces.

Llegamos muy estilosos a la improvisada pista de baile y ¡menuda sorpresa!. Gracias al trabajo de persuasión de Antonia, nos encontramos allí a DJ Juanjo con su mesa de mezclas con la música a tope. ¡Menudo fiestero! Nada más entrar nos puso música de discoteca para ir entrando en acción.

Buenas coreografías nos improvisamos y poco a poco fue calentándose el ambiente.

 

Tanto, que incluso algunas profesionales se animaron a cantar una canción a pleno pulmón. Fue bastante desagradable pero la intención es lo que cuenta.

Después de bailar y cantar como potras salvajes, llegó el momento de la comida. Semanas antes le preguntamos a la cocinera si podíamos cambiar un poco el menú de ese día para hacerlo más festivo. Elegimos nosotros la comida de ese día y pudimos comer desde ensaladilla rusa hasta calamares a la romana, incluso comimos patatas bravas (y eso que picaban un poco). La verdad es que la cocinera María se lo curró mucho.

Después de una comida tan rica hubo, como en todo cumpleaños, una tarta. Pero aun mejor, porque como somos tantos residentes hubo varias tartas. Después de tanta jarana algunos nos fuimos a acostar pero los más bailongos se quedaron en la pista un rato más por la tarde.

Fue un cumpleaños estupendo. Ahora a por otros 100 más.

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