Durante la semana de la mujer, la etapa de Talleres Formativos ha recibido la visita de varias mujeres con trabajos considerados socialmente como masculinos. Estas trabajadoras han venido para contarnos como son sus jornadas laborales rodeadas de fundamentalmente compañeros hombres.
Nuria, una jefa de obra rodeada completamente por hombres. Su situación habitual es ser la única mujer en las obras en las que trabaja. No se queja del trato de sus compañeros ya que dice sentirse como una más, pero si considera que hay algunas injusticias por parte de la empresa.
Dos mujeres policías de la comisaría de Tetuán. Ellas nos cuentan como en la actualidad la plantilla más joven está compuesta por hombres y mujeres prácticamente por igual, pero que los cargos más altos, al corresponder a personas de edades entre los 60 y los 65 años, corresponden a hombres, ya que hace unas décadas no había casi mujeres en el cuerpo de policía.
Antonia, mecánica del Metro de Madrid, nos cuenta que hay solo 6 mujeres en plantilla en su mismo puesto dentro de su empresa y es prácticamente imposible coincidir dos en una misma parada. Su experiencia es que en cuanto a trabajo se ha encontrado con buenos compañeros que la han tratado bien. Sí que en algunos puntos recibe un trato diferente ya que sus compañeros por agradarla le llevan la caja de herramientas o la cuidan más que a los otros. Ella no se siente mal por ello, se siente apreciada. En cambio, nos comenta que a la hora de la comida, como deben hacerlo en los vestuarios, tiene que comer sola porque los demás comen en el vestuario masculino. Pero sabe que no es un tema de compañerismo sino de mala organización de la empresa.
Tanto las policías como Antonia, al ser funcionarias, su salario está equiparado al de los hombres. Pero Nuria sí nos comenta molesta que su salario está por debajo de los hombres de su empresa que realizan el mismo trabajo y tienen la misma categoría profesional.
Hemos visto esta semana que la tendencia actual tiende a equiparar a hombre y mujeres en el ámbito laboral, pero aún queda mucho camino por recorrer y debemos seguir luchando para que la igualdad sea una realidad.