San Valentín en la residencia

Hoy es 14 de febrero, día de los enamorados. Muchos hemos estado esperando este día para poder demostrar a nuestra pareja lo mucho que nos queremos.

 

En la Residencia AFANIAS Torrelaguna somos personas muy mimosas y nos encantan estas muestras de cariño. Todos recibimos cariño este día, incluso los que no tienen pareja.

 

Nos gusta mucho Karlos Arguiñano y él siempre dice: «El movimiento se demuestra andando y el cariño cocinando». Y le hicimos caso. Quisimos regalar a nuestros amados unas deliciosas galletitas de chocolate y mantequilla. Nos gustó mucho hacerlas y aunque no quedaron muy bonitas, estaban ricas igual.

 

Muchos de nosotros no sabemos cocinar, pero también quisimos tener un detalle con los compañeros. En lugar de galletitas, hicimos un recipiente en forma de corazón para poder guardar nuestras cosas.

 

Para terminar el día, cenamos con nuestras parejas. Se decoró el comedor con un ambiente íntimo y se sirvieron pizzas, que no es muy romántico, pero están ricas igual.

Otro día más con la residencia llena de ternura.

 

Hoy es día 14 de febrero y los que somos más cariñosos llevamos esperando este día todo el año para poder demostrarle a nuestra pareja lo mucho que nos queremos.

En la Residencia AFANIAS Torrelaguna somos personas muy mimosas y nos encantan estas muestras de afecto, tanto, que incluso los que no estamos emparejados recibimos muestras de cariño en este día.

Uno de nuestros ídolos Karlos Arguiñano dice: «El movimiento se demuestra andando y el cariño cocinando». Le hicimos caso y nos pusimos manos a la obra desde el día anterior. Algunos residentes quisieron tener un detalle con nuestros amados compañeros y sorprenderles con unas deliciosas galletas de mantequilla y chocolate. Nos lo pasamos en grande haciéndolas, y aunque no todas quedaron bonitas y con forma de corazón, la intención es lo que cuenta. Además, estaban ricas igual.

Muchos de nosotros también quisimos tener un detalle con los compañeros, así que los que no somos tan apañados en la cocina, en vez de meter las manos en harina, las metimos en arcilla. Elaboramos unos preciosos recipientes en forma de corazón (y con bien de purpurina) para poder guardar nuestras cositas.

Para ponerle la guinda a este día, los más enamorados tuvimos la oportunidad de invitar a cenar a nuestras parejas. Se decoró el comedor para crear un ambiente íntimo y sirvieron pizzas, que no es lo más romántico, pero nos encanta.

Otro día más con la residencia llena de arrumacos y carantoñas.

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