San Valentín en la residencia

Hoy es día 14 de febrero y los que somos más cariñosos llevamos esperando este día todo el año para poder demostrarle a nuestra pareja lo mucho que nos queremos.

En la Residencia AFANIAS Torrelaguna somos personas muy mimosas y nos encantan estas muestras de afecto, tanto, que incluso los que no estamos emparejados recibimos muestras de cariño en este día.

Uno de nuestros ídolos Karlos Arguiñano dice: «El movimiento se demuestra andando y el cariño cocinando». Le hicimos caso y nos pusimos manos a la obra desde el día anterior. Algunos residentes quisieron tener un detalle con nuestros amados compañeros y sorprenderles con unas deliciosas galletas de mantequilla y chocolate. Nos lo pasamos en grande haciéndolas, y aunque no todas quedaron bonitas y con forma de corazón, la intención es lo que cuenta. Además, estaban ricas igual.

Muchos de nosotros también quisimos tener un detalle con los compañeros, así que los que no somos tan apañados en la cocina, en vez de meter las manos en harina, las metimos en arcilla. Elaboramos unos preciosos recipientes en forma de corazón (y con bien de purpurina) para poder guardar nuestras cositas.

Para ponerle la guinda a este día, los más enamorados tuvimos la oportunidad de invitar a cenar a nuestras parejas. Se decoró el comedor para crear un ambiente íntimo y sirvieron pizzas, que no es lo más romántico, pero nos encanta.

Otro día más con la residencia llena de arrumacos y carantoñas.

Nuevos pequeños amigos

Hace unos días tuvimos una visita en la Residencia AFANIAS Torrelaguna de los niños del Colegio Público Cardenal Cisneros.

Las profesoras que vinieron con nosotros nos advirtieron que los niños que venían eran unos marchosos, así que recomendamos a nuestro músico Vanja que afinase la guitarra y aclarase la voz, que lo iba a necesitar.

Y vaya si eran marchosos. Menudo alboroto desde el momento en el que entraron. La residencia se llenó de canciones y bailes al instante.

 

Cuando nos serenamos un poco, comenzamos con los villancicos. Hicimos un repaso desde los más antiguos como «Los peces en el río», hasta los más modernos como «El reno Rodolfo». Incluso los más valientes se lanzaron con algún villancico en inglés.

 

Quisieron tener un detalle con nosotros y nos trajeron un regalo.

 

Era un bonito Christmas hecho por ellos mismos. Aprovecharemos para ponerlo al lado de nuestro árbol de la entrada.

 

Fue muy divertido, pero muy exigente para la garganta. Por eso tuvimos que tomarnos un refresco con un aperitivo para suavizarla.

 

Pasamos un día genial y terminamos muy contentos. Fue una experiencia muy agradable para todos. ¡Esperamos veros de nuevo pronto!

 

 

Nuestros amigos los burritos

En la Residencia AFANIAS Torrelaguna nos encanta la naturaleza. Nuestros nuevos amigos de El Refugio de TEA nos invitaron a conocerles, y pusimos rumbo a El Berrueco para disfrutar de una jornada campestre en una finca enorme y conocer la pequeña familia pollina que allí tienen.

Nos hicieron una pequeña visita por el centro y pudimos ver que tienen unas instalaciones totalmente adaptadas para que ellos puedan estar cómodos y felices en el campo. Nos sorprendimos de lo tranquilos y amigables que son estos burritos.

Eran tan buenos que incluso pudimos acariciarlos y acompañarlos a dar un paseo por el recinto.

Nos encantó poder estar con ellos. Tanto nos gustó la actividad que hemos acordado ir a hacerles una visita todas las semanas.

Gracias a Laura por facilitarnos esta divertidísima actividad.

¡Chulín, nos vemos el miércoles!

¡Vacaciones!

En Torrelaguna estamos muy a gusto y las vistas a las montañas son preciosas, pero por aquí no hay playa cerca y ya hace semanas que hace fresco. Por ello intentamos estirar el verano todo lo posible. ¡Y qué mejor manera de aprovechar el verano que en la playa!.

Y nos pusimos rumbo a Cambrils. Nos acompañaron Ianire y Antonia, las que más marcha llevan de toda la residencia.

Todos los días hicimos actividades divertidísimas. El viaje fue un no parar.

El hotel era precioso y  nos trataron fenomenal.

 

De noche nos esperaban en la Terraza Musical para empezar la fiesta. Al terminar los días íbamos para allá a bailar y cantar hasta bien entrada la noche.

Nos gustaron mucho las instalaciones del hotel. Había cuatro piscinas con enormes toboganes, había para todos los gustos y solo los más valientes nos tiramos de los toboganes más altos.

 

Fueron momentos de mucha emoción, y entre los nervios y el cansancio acumulado no nos quedó más remedio que echarnos una siesta bien merecida al solecito.

 

 

Una de las cosas que realmente nos gustó del hotel fue el Spa. Allí que fuimos a que nos dieran los chorritos y las burbujas en la espalda. Tuvimos que cruzar todo el hotel con los albornoces puestos, las chanclas y el bañador. Fue toda una odisea.

 

Nos relajó mucho y nos vino bien para coger fuerzas y seguir con estos días tan ajetreados.

 

 

También montamos en Catamarán. Fue una experiencia única y nos encantó. Fue una suerte que fuese un todo incluido, porque si nos daba un mareo nos podíamos tomar unas Coca-Colas. No hubo percances, pero nos tomamos las Coca-Colas igual. Allí ponían música a tope y bailamos con la gente de allí. Después nos dejaron darnos un baño en alta mar para refrescarnos.

 

 

Como Cambrils nos quedaba pequeño, conseguimos un Ferry para visitar Salou.

 

 

Pasamos allí el día entero, paseamos por la Gran Avenida y nos montamos en el trenecito turístico.

 

 

Nos encantó ver las zonas más turísticas de allí. Comimos en el puerto una paellita de arroz negro y otra de marisco. Estaba todo buenísimo. Fue un lujo de comida.

 

 

 

Fue un viaje inolvidable y disfrutamos muchísimo de esta escapada. Agradecer una vez más a las inigualables Antonia y Ianire por la implicación y por las ganas que demuestran.

 

 

¡Que ganas de que llegue el verano que viene!

 

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